Mi trabajo, en los últimos años, se ha desarrollado en torno a la pintura como punto de partida para siempre desde allí, explorar otros medios en cuanto a la técnica se refiere, e investigar acerca de la mirada. La mirada en dos vertientes que podrían parecer opuestas, más al final se unen, puntas que se encuentran: La primera reflexiona sobre lo antivisual en un mundo ocularcentrista y el poder de la mirada en un tiempo de superabundancia de imágenes; la segunda proponiendo visualidades sutiles, encontrando en aquello que está pero que olvidamos ver posibilidades sensibles en tanto materia, apostando por la sorpresa y la emoción que puede liberar la Cosa, es acoger formas poéticas en el sentido original de producción, en definitiva, se trata de una concepción de la obra que hace que la materia misma produzca y libere afectos, deviniendo perceptos.
Patrick Vauday en La invención de lo visible: «El flujo [incesante de las imágenes] obstaculiza la pausa de imagen que permitirá convertirlo en objeto estable de la reflexión, cierra el campo de la sensibilidad a la síntesis de lo diverso y de lo heterogéneo, anestesia finalmente el sentido del juicio».